Él volvió a llamar a Daniela...
***
Luciana y Sebastián llegaron al bufete Avanterra.
Mailen estaba sentada en una de las sillas del vestíbulo y, cuando vio a Luciana, se paró rápido para saludarla.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Luciana.
Mailen observó a Luciana y a Sebastián, curiosa.
—¿Tan temprano? ¿Vinieron juntos? —dijo con una sonrisa pícara, como si insinuara que habían pasado la noche juntos.
Luciana por fin entendía por qué Mailen se llevaba tan bien con Daniela. Les encantaban los chismes y sacar conclusiones antes de tiempo.
Le sonrió a Sebastián.
—Licenciado Campos, hoy subo un poco más tarde.
—Bueno —respondió él antes de irse.
Luciana jaló a Mailen del brazo.
—¡Mailen, ya no más bromas!
Mailen se rio.
—Bueno, ya no digo nada. Pero, oye, tu jefe está guapísimo. Si no te apuras, alguien más se lo va a llevar. Luego no digas que no te avisé.
Luciana sonrió, resignada. Aceptaba que Sebastián era un gran partido, pero ella recién se había divorciado. No era momento para enamorar