-Lo recuerdo, Thomas se impacientó cuando le dijeste que serías su sombra y yo no pude más que aguantarme la risa cuando me lo contó.
-Porque le recordaba a la señora Dana ¿no?
-En cierta forma sí, así le había puesto a mi amiga cuando la nombraron mi asistente. Si lo hubieran visto ese día, llegó despotricando contra mamá porque le habían puesto una niñera.
-Este Thomas, pero chicas, la verdad quiero pedirles que...
-Lo cuidemos- respondimos ambas y la señora Dana asintió, ella estaba preocupada por su marido y las implicancias de dejarlo acá y por supuesto que la entendía.
-Tranquila mi sombrita, entre nosotras dos le haremos la vida imposible al baboso ese, por lo menos no me quedaré sola todo el día, ahora tendré a Dani para idear algunas cosas y mantenerlo entretenido.
-Ay señora Alma, con que sigamos leyendo sus... ups, mierda, no me miren... no he dicho nada. - mierda, yo y mi bocota...
-¿Los leíste?- me preguntaron las dos y otra vez tuve que afirmar.
-Solo uno, pero fu