Esa noche regresé a casa. Después de dejar todo en orden, sentí que por fin tenía los pies bien puestos en la tierra, y cualquier cosa que quisiera hacer, podía hacerla sin dudar.
No me distraje con nada más. Toda mi atención estaba puesta en comprar una casa y montar mi estudio de danza. Me tomó un mes de preparativos intensos, pero al final, toda la familia emprendimos el camino hacia una nueva vida.
En el avión, mis padres no podían ocultar su alegría. A partir de ese momento, solo les quedaba disfrutar lo que venía.
Y yo… haría todo lo posible por convertirme en su sostén.
—Fernando quiere agregarte como contacto.
—Mensaje de un desconocido: ¿A dónde te fuiste?
—Mensaje de un desconocido: Escuché que te mudaste... ¿es cierto? ¿O es puro chisme?
—Mensaje de un desconocido: Acéptame, porfa...
Qué fastidio. Sin pensarlo dos veces, lo bloqueé.
No esperaba que, media hora después, Fernando llamara usando el celular de Luna.
Mi mamá me miró con incomodidad.
No podía negarme, así que tomé