Luca se acercó para darle un beso más antes de irse.
— Luca, no me retrases más… — La abogada rogó a su marido que parecia no haber quedado del todo satisfecho y esperaba continuar con el encuentro íntimo — Por favor amor...
— ¿No vas a decirme que bien valió la pena el retraso? — Le dijo ayudándola a colgar la bolsa de la nena en su hombro con sus cosas.
Ella lo miró con picardía y sonrió.
— Bien, no puedo quejarme, pero ya debo irme, tengo que dejar a Juliette con su nana antes de seguir hasta donde Allegra, así que ya basta de arrumacos, sabes que si sigues regresaré a meterte de nuevo a la habitación.
— Ve tranquila, me estás comunicando, yo también tengo pendientes en la oficina, pero si necesitas algo me avisas, o si quieres que vaya por la niña.
— ¡Gracias c