La mayoría de las veces las personas creen que el mal triunfará, y tristemente, en muchos casos así es, sin embargo, no siempre son los malos quienes tienen el poder de doblegar al resto de las personas, o en este caso, a los personajes.
Después de la sentencia de Carlo Santoni en la que se dictó que estaría encerrado por el resto de su vida debido a los actos tan terribles cometidos, y de que Georgia fuera declarada una psicópata peligrosa, las cosas comenzaron a tomar un nuevo rumbo.
Francesco había hecho las paces con el pasado, con Allegra y también con su hijo.
Antonio había repuesto en su trabajo, y ascendido, además de premiado por su valentía en diferentes casos.
Arianna, se recuperaba felizmente junto a su pequeña hija y a su esposo, y Vittoria, ella había limado asperezas con Eugenio Giuliani, su padre, quien había descubierto que la amaba más que a su vida, pero que nunca había sabido como demostrarlo.
— Amor, quiero hacerte una invitación, pero no sé si eres mujer de i