Quería arrancarle el móvil de las manos y tirarlo por la ventana, y probablemente lo habría hecho si ella no lo hubiese apagado y se lo hubiese guardado en el bolsillo.
-¡Sabes lo que quiero decir, Raquel, y no te burles de mí con él, joder!
-¡Me has avergonzado, Elliot! Paul cree que eres...
-Me importa una puta mierda lo que piense ese chupapollas. ¿Es algo tuyo?
-Es un buen tío y un amigo -no me miró a los ojos cuando lo dijo y lo sabía. ¡Oh, joder, si lo sabía!
-¿Dejaste que te follara, Raquel! ¿Conoce ese cuerpecito tuyo tan perfecto para el sexo? ¿Te ha tocado, te ha metido la polla? ¿Mmmm?. De verdad quiero saberlo. Háblame de ti y del bueno de Paul.
-Ahora mismo eres un completo gilipollas -cruzó los brazos bajo el pecho y miró hacia delante a través del parabrisas-. No voy a contarte nada.
-¿Te lo follaste?
Se movió en el asiento y me echó una mirada que hizo que me doliera todo.
-¿A quién te tiraste tú por última vez antes de interesarte por mí, Elliot? ¿Quién fue la afortun