Nos sentamos en la grama. Carmen se tumbó y, tras darme un empujoncito, me tumbó a su lado.
Era de noche ya. Se veían algunas estrellas. Carmen señalaba alguna nube y juntas tratabamos de adivinar alguna figura.
-Sin duda es una almohada -dije.
-Claro que no -dijo ella-. Es una goma.
-¿Una goma? -pregunté divertida.
-Sí, de esas dulces que te gustan -respondió señalando.
-Un Marshmallow, Carmen -dije divertida-. Así se llaman.
-Como se llame -me reí de su tono y me dió un golpecito-. Pero si se parece
-Aquí están -dijo Álvaro tras nosotras-. Las estábamos buscando.
-No estábamos tan perdidas -respondió Carmen levantándose.
-Karla, preguntan los chicos si quieres hacer la fogata ahora o más tarde.
-Oh, vamos -dije levantándome-. Ya están saliendo las estrellas.
Carmen me tomó de la mano y, seguidas de Álvaro, fuimos a la parte de atrás de la casa. Allí se encontraban todos. Riendo y divirtiéndose.
-¿Listas? -pregunta mi hermano con los fósforos en la mano.
Ambos asentimos y vimos como