Hades Santoro
Noviembre 2018
Adara entrando a su semana veinticuatro la mansión se terminó volviendo un caos de hormonas alborotadas.
Nunca sabes cómo estaría, si feliz, enojada, triste, emocional y entre más. Había noches que me sacaba de la cama solo porque ella ya no le apetecía dormir conmigo.
Su barriga cada día crecía más y eso dificulta en ocultar el embarazo, solo la familia lo sabía por ahora y tratábamos de que nadie más se enterara. No estaba al cien por ciento seguro de que ya no había ningún infiltrado.
Alzó la mirada cuando la puerta se abre de golpe y Adara entra cruzada de brazos con un vestido ajustado que resaltaba su embarazo de solo seis meses. Venía descalza.
—Luca es un idiota—gruñe molesta llegando a mi lado—¿sabes como me dijo? Que parecía un saco de boxeo.
—Tu sabes como es Luca—trato de no reír
—No puede tratarme así, estoy sensible—hace un puchero
—Explícale eso
—Le dije eso mismo, ¿Sabes que dijo?
—¿Qué te dijo?
—Que se pasaba mi estado sensible por la poll