Capítulo 24

Axel estaba nervioso, como hacía mucho tiempo no estaba, le temblaban las manos y le sudaba el cuerpo, aunque, dentro de la farmacia, hacia bastante frio. Si no estuviera así por su propia voluntad, hacía mucho rato que hubiera salido corriendo sin mirar atrás, pero ya había puesto la maquinaria en marcha y no había regreso.

Era un día bastante descansado, ya eran pasadas las dos de la tarde y en la sala de espera no había ni un alma en pena, así que era la oportunidad perfecta. Había utilizado a una de las enfermeras como lechuza mensajera, y estaba de rodillas frente a una estantería esperando, quieto como un lobo al acecho, y cuando escuchó que los zapatos suabes de la doctora rechinaban por el corredor respiró profundo y liberó el aire lentamente. La puerta se abrió, y la cabellera rizada y oscura de la doctora apareció por la entrada de la farmacia.

—¿Me mandaste llamar? —le preguntó, tenía las manos en los bolsillos y su siempre impecable sonrisa, y Axel sintió

DiegoAlmary

Comenzamos la Recta final jijiji

| 48
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App