La reunión continuó por varios minutos más, llena de comentarios, sugerencias y asentimientos. Logan terminó su exposición con una seguridad inesperada, logrando captar la atención de todos. Cuando volvió a sentarse, Nathan tomó nuevamente la palabra.
—Bien —dijo con voz firme, mirando a cada uno de los presentes—. Si todos están de acuerdo, quiero que empecemos a trabajar en esto desde mañana mismo.
Los empleados asintieron. Algunos tomaban notas rápidas, otros ya murmuraban entre ellos, entusiasmados por el nuevo proyecto.
—Quiero que el departamento textil empiece a crear los primeros modelos de trajes —continuó Nathan—. Necesito que preparen diferentes tipos de telas: cuero tratado, gamuza y mezclas ligeras para la línea de verano. No quiero que se pierda la esencia del estilo motorista, pero que también sea funcional para el día a día.
Uno de los encargados del taller levantó la voz.
—¿Desea que enviemos los primeros prototipos a su oficina para revisión?
—Exacto —respondió Natha