Un hombre me llevaba a rastras hacia una camioneta, pateaba con todas mis fuerzas pero no lograba soltarme. Con fuerza, mordía su mano provocando que liberase mi boca por unos segundos los suficiente que use para gritar con fuerza.
—¡Derek, ayúdame!
Al emitir mi grito, pareció que desaté a una criatura que se volvió velozmente para observar cómo me llevaban arrastrada. Con una elegancia que infundía temor, sus ojos azules se volvieron gélidos al cambiar el cargador de su arma y empezar a disparar en mi dirección. El sujeto que me había arrastrado me arrojó con gran facilidad hacia la parte trasera de una furgoneta. Después de cerrar la puerta, percibí un golpe fuerte y la furgoneta empezó a moverse.
Trataba de disimular mi temor, a pesar de que mis manos temblaban observaba a mi alrededor. Desde arriba, una luz iluminaba el lugar permitiéndome distinguir la presencia de unas sábanas. Un ruido penetró en mis oídos, percibiendo que surgía de la estática que resonaba en el parlante, caus