57. Lo pensaré
Esa mañana, tras despedirme de Derek me habia dirigido con mi hermano al paraíso para alguien que quiso ser una Bióloga marina. Estar con Alessandro era una probada de paz, serenidad, a casa. Mis hermanos siempre me dieron el cariño que no pude recibir de mi padre y al verme separada de ellos mentalmente me afecto obligándome a endurecerme con mas rapidez.
Durante nuestro paseo, el susurro del agua, el delicado baile de los seres marinos y el olor salado del mar generaron una atmósfera casi encantadora en el centro de conservación. Alessandro había reservado el espacio exclusivamente para nosotros, lo cual me hizo sentir como si fuéramos dos hermanos disfrutando juntos de un refugio en medio de la confusión del mundo. Sin embargo, la brisa que soplaba me recordaba que había muchos meses de distancia entre nosotros; meses llenos de silencio.
—Alessandro—lo llamaba con suavidad mientras me acercaba a uno de los tanques donde había unas tortugas—¿Por qué sigues en Rusia? Me dijiste cuand