54. No estoy escondiendo nada
Robarme para un baile, para muchos seria una simple pedida pero con lo que habia pasado en la subasta sabia que eso solo significaría un gran problema. Observaba de reojo a Giovanni, quien esbozaba una sonrisa detrás de su antifaz, resaltando aún más sus dientes afilados.
—Agradezco el gesto, pero no gracias. —tajaba de manera algo arida.
—¿Acaso me rechazas porque no te he dicho que te ves absolutamente apetitosa esta noche? Serías el plato perfecto para un vampiro como yo —sonrio dejando escapar su acento italiano. —Estoy a punto de devorarte, pero en sentido figurado.
Sus ojos de tonalidad verde recorrían mi cuello. Era evidente que su mera existencia tenía un encanto mágico y cautivador, aunque no pude evitar esbozar una sutil sonrisa con un toque de sarcasmo.
—Oh claro, porque alimentarte de una invitada sería lo más apropiado en esta elegante velada.
Una chispa traviesa iluminó su semblante. Su expresión facial revelaba que anhelaba algo más allá de lo que podía brindar