NARRADORA “Ava, de verdad, ¿qué rayos de locura es esto ahora?” Saphir iba rezongando mientras salían furtivamente por la ventanilla de un baño. O no, de nuevo no era ella, ahora protagonizaba a una rubia tetona. El lugar de donde salía de manera furtiva era el local de la brujita aprendiz. “¿No me dijiste que tenías la sensación de que alguien nos seguía?! ¡Aah!” Ava casi se cae de cabeza. El suelo del callejón lateral estaba más alto de lo que calculó; por suerte llevaba vaqueros cómodos. Se sacudió la ropa, metiéndose en su nuevo personaje y mirando a todos lados con precaución. “¿Y si Feodor nos vigila?” le preguntó a Saphir, caminando de prisa hacia la calle menos concurrida detrás del hotel.“Loba y rubia precavida valen por dos.” “Estás últimamente bien chistosa y sigues tomando dinero de la tarjeta de Owen, nos van a decir prosti con razón". “¿Viste cuánto costaba que nos hiciera rápido de nuevo esa poción? Oye, ni porque me debía una indemnización" Ava puso los ojos
NARRADORAEntrando en pánico y con el peligro acercándose, Ava corrió intentando no hacer ruido con las zapatillas. Los ojos de Emma la miraban gritándole en silencio, el llanto se escapaba de su mordaza húmeda por las lágrimas y la saliva. Sabía muy bien lo que venía a continuación. Ava se escondió entre los estantes de cajas y utensilios, llegando a la pared que buscaba desde el primer momento. “¿Dónde estás, dónde estás? ¡Ay Diosa!”, sudaba a raudales; ya la puerta del sótano se estaba abriendo y los pasos descenderían por las escaleras.Su uña se metió en el pequeño saliente y tiró de la tabla que hacía de puertecilla, rezando porque no crujiera. Con tan buena suerte que, en sus movimientos bruscos, Emma hizo estremecer un estante y algunas herramientas cayeron haciendo ruidos estridentes. —¡Ya veo que mi putita está bien enérgica hoy! ¡Así me gusta, nena, dispuesta a servir como una buena aspirante a Luna, complaciendo primero a los guerreros de tu manada!Ava escuchó esas
NARRADORA Ava asintió y enseguida guardó las cosas dentro de la bandolera que cargaba. Estos planos no podían caer en las manos de Feodor, solo esperaba que Greyson no tergiversara sus buenas acciones. Cuando estuvo segura de que el hombre se había marchado, se arrastró para salir de su escondite, pero una punzada en los senos la hizo resoplar y doblarse con un poco de dolor. La piel volvía a arderle y picarle, conocía muy bien la sensación.“¡No, no, maldit4 sea! ¡¿Cómo puede ser que ya haya pasado el efecto?!” No eran tantas las horas desde que se tomó el hechizo de la metamorfosis. “¡Esa bruja incompetente!” Saphir exclamó llena de indignación. El hecho era que quizás la primera vez les cayó encima demasiada pócima o por cualquier otro motivo, ahora mismo, ya estaban regresando a ser la Ava de siempre. “Más razón para largarnos de aquí.” Con el plano bien guardado, salieron de la oscuridad, pero tenían que pasar obligatoriamente por frente al cuerpo maltrecho de Emma. Ava
AVAMis ojos vagaban por la estancia, buscando una manera de escapar.Pero no podía engañar a nadie, incluso en mi mejor forma, luchar contra un Alfa no era cosa fácil, menos ahora.Shapir rugía al lobo de Feodor, pero ese animal era igual de ruin que su parte humana.Tirando del lazo y de su aura opresiva para someterla.—Solo vine a buscar unos artículos de mi madre, no quiero problemas. ¡Son cosas que nos pertenecen! —le rugí, sacando la valentía que en realidad no sentía.—Claro, todo aquí te pertenece, sigues siendo la Luna y te quedarás a cumplir todas tus funciones - recalcó la palabra “todas” dando algunos pasos hacia nosotras.—Incluso castigué a la mujer que te traicionó, ¿acaso eso no te mostró lo arrepentido que estoy?—Eso solo me demostró que eres un hijo de puta retorcido —le dije entre dientes, viendo el destello de ira cruzar sus orbes, pero antes de que tomara acciones en mi contra, un rugido demente me hizo estremecer los tímpanos.Detrás de mí, la sombra de una lob
AVAEl viento fuera de la cabaña me espabiló un poco. Lo seguí en silencio, pensando en desde cuándo me seguía y por dónde entró a esta manada.Pronto tuve la respuesta: él había descubierto el túnel de emergencia, posiblemente desde el otro lado, mientras perseguía mis pasos.—¡Hay otra cosa que no puedo dejar! —le grité al pasar cerca de ese árbol donde oculté los planos.—¡Si está haciendo tiempo para que venga el Alfa o su gente a rescatarla, pierde el tiempo! —me sostuvo arrastrándome implacable.—¡No lo entiendes, maldit4 sea, no hago tiempo de nada, no quiero regresar! —le pisoteé la bota haciéndome más daño yo en mi pie, pero aflojó la mano en mi brazo y tiré con toda la fuerza que pude reunir.—¡Srta. Ava! ¡Maldit4 sea! —gritó cuando me vio regresando, pero yo iba muy cerca.Me incliné con mareos, Diosa, estaba sudando a raudales mientras mis manos buscaban desesperadas entre la hierba hasta dar con los documentos.¡Aquí estaban!De espaldas a él, lo metí en mi bandolera, ap
AVA La habitación olía a desinfectante y a resignación. La doctora evitaba mi mirada como si eso fuera a suavizar el golpe que estaba por darme. —Sus análisis no muestran mejoría, Luna —dijo finalmente, con voz baja. —De hecho, sus capacidades físicas han disminuido aún más esta semana. Sus instintos… la conexión con su loba… todo está debilitándose. Me aferré al reposabrazos, para disimular el temblor en mis manos. —¿Y la fertilidad? —susurré, como si al decirlo bajito pudiera cambiar la respuesta. La doctora tragó saliva, sin levantar los ojos. —Los niveles hormonales no son alentadores. Lo siento, Ava. Si las cosas siguen así… no podrás concebir. Todo se detuvo dentro de mí. Pero no solté ni una lágrima. Me sentía tan seca y sin esperanzas. Mi peor pesadilla haciéndose realidad. Heredé la rara enfermedad de mi madre, aunque al menos ella me pudo dar a luz. No se sabía la causa, solo que te ibas consumiendo hasta quedarte como una muñeca sin vida; sin hablar, ni escuchar
AVAPasaron dos días. Dos días donde me tenían casi como una prisionera, vigilada, sin medios de comunicación, y ella se paseaba por la casa como si fuera la dueña de todo. Vestía mi ropa, usaba mis maquillajes, me imitaba como siempre había deseado hacer.Sin embargo, hoy había una reunión importante donde una farsante como Emma no podía reemplazar a la verdadera Luna.—Ya sabes, Ava, sonrisa en el rostro y somos la pareja ideal —el estómago se me revolvió ante las palabras de Feodor y su toque.“Maldito cínico.” Saphir rugía de indignación en mi interior. Él no quería liberarla del vínculo.Aunque deseaba escupirle la cara, no tuve otra opción que seguir fingiendo delante de sus socios de negocios y otros lobos que asistieron.La vida de mi madre estaba en juego. Pero la Diosa Luna al fin se apiadó de mi situación.Saludando entre los invitados, me asombré de encontrarme a un viejo amigo que hacía tiempo no veía.—¡Ava! — se acercaba el macho de casi 1.80 de estatura, cabello casta
AVAOwen se quedó mirándome, asombrado, pero sé que de repente contemplaba también la posibilidad.—. Av, mi manada no es fácil, mi padre es estricto…—Salvarnos el culo tampoco fue fácil y tú no lo dudaste un segundo —le dije, afianzando mi decisión.—Ava, no sé… no lo hagas por protección, yo igual las dejaré en este territorio…—Owen —tomé sus manos—, ¿viste a mi madre? Puede que yo esté así en unos meses o años, quizás muera súbitamente… no sé…—Ava…—Ssshhh… seré tu respaldo como tú siempre fuiste el mío. Para eso son los amigos —le dije, ganándome un abrazo de oso.Incluso suspiró, el pobre debía estar asfixiado. Mentir nunca fue buena idea, pero le daría tiempo para organizar los asuntos con su padre.—Ya tienes una hermosa prometida, bebé —le palmeé el trasero burlándome, para romper el momento tenso.—Eres insufrible. Papá va a infartar cuando te conozca.—Que se cuide ese Alfa, que ya de capullos estoy hasta el gorro —le dije mientras nos alejábamos de regreso.Poco sabía que