P.O.V. Mia
Cuando salí de esa oficina, sentía como si mi corazón estuviera a punto de salirse de mi pecho. Me encontraba emocionada y a la vez aterrada. Al llegar a mi cuarto, me senté en la silla controlando mis pensamientos y emociones para poder pensar en lo que hablé con él.
—Lo que tengo claro es que es un hombre completamente dañado, con miles de traumas en su alma y el primordial es el cariño que nadie le ha dado; todos lo detestan, lo ven como un monstruo sin darse la oportunidad de conocerlo, solo creen en la falsa apariencia que tiene —dije en voz baja, viendo a un punto inexistente—. Pero lo que vi es un buen hombre, tiene buenas intenciones y ama mucho a su madre; le duele por lo que está pasando. Es un hombre que merece amor; ahora dudo si hacer lo que sigue, sé que puedo dañarlo mucho.
Dejo de agobiarme con que al final terminaré haciéndolo; tengo palabra y no puedo retractarme, menos sabiendo que Tania es mi única prima. Además, pensar en sus labios sobre mi piel