Riqueza y belleza, además de un gran historial de mujeres, es lo que compone la esencia del galante multimillonario Adrián Lemietre, hijo mayor de la familia Lemietre, siendo la delicia de todas las mujeres. Omega y débil, pero con un gran espíritu, es como se podría describir la esencia de Hana. Un reto sería el inicio de una gran historia de amor entre dos clases sociales. Lo que comenzó como reto de seducción podría quizá terminar en algo más, pero ¿será que florecerá el amor?
Leer másSonreí nerviosa al ver los exámenes que tenía en la mano. Aquello debía que ser una broma y una de las más crueles preparada por el destino. Salí del consultorio mientras guardaba los papeles que me habían dado en el hospital. Ser omega en estos dorados tiempos era como tener alguna enfermedad de la cual no tenía cura. Este mundo yace divido por tres clases sociales. Los alfa, quienes son los amo y señores de este planeta. Los alfa son los “más inteligentes”, con mejores condiciones físicas y los que pueden mandar por encima de un omega o un beta. Los beta son los “normales”, ellos nacen como cualquier persona común y corriente, solo con la gran diferencia de que ellos no pueden fecundar, a excepción de algunos. Después está el estrato más bajo de la sociedad: los omega, quienes son los más débiles, ingenuos y los sumisos. Los omega y alfas pasan por algo llamado celo. El celo es cuando tu cuerpo desprende feromonas que solo los alfa y los otros omegas pueden sentir; los síntomas del celo consisten en grandes fiebres y necesidad de tener a tu “alfa” dándote amor. Cuando pasa eso, se da lo que es la marca. ¿Y qué es una marca? Es la unión entre el alfa y el omega para toda la vida, ya que a través de la marca la otra persona puede sentir las emociones de su pareja. Cuando un alfa rechaza la marca, el omega muere o queda infértil.
Y ahora yo entré a ese status más bajo. Me habían diagnosticado como omega y lo mejor de todo es que no era una omega cualquiera, era una omega recesiva. Es decir, no podía quedar embarazada fácilmente y no desprendía feromonas, así que también me podían confundir con una beta. Sin embargo, a pesar de que me considerara lo peor de lo peor, le iba a demostrar mi inteligencia y de lo que soy capaz de hacer.
—¡Nos echaron del apartamento! —habló mi mejor amiga al borde de un colapso nervioso.
Silvia mordió sus labios mientras acomodaba su uniforme de trabajo.
Silvia era mi mejor amiga, ella era beta, aunque sus dos padres eran alfa. Ella nació de una familia acomodada, pero al enterarse que era una beta más en esta tierra, le habían dado la espalda, así que estuvo deambulando en varias escuelas hasta que la conocí y decidimos vivir juntas.
—¿Por qué nos echaron? Aún faltaba mucho para que pagara los meses que teníamos de retraso. ¿Qué vamos hacer ahora? ¿Dónde vamos a dormir?
Antes de que Silvia respondiera, llegó el manager.
—¿Ya están listas? No quiero que lo arruinen, hoy es un día muy importante, pues el hijo de un gran milmillonario acaba de regresar de Francia y quiere que nada se eche a perder. —Gustavo me observó serio—. Especialmente tú, Hana, que eres la mala suerte andante.
Me encogí de hombro. Salí con Silvia y otros compañeros de trabajos.
Empecé a servir algunos tragos y sentí la presencia imponente de algunos asistentes de la fiesta.
«Deben ser alfa».
Continué con mi trabajo cuando sentí un olor a madera y la lavanda.
Cerré mis ojos, entonces percibí ese aroma acariciar mis fosas nasales. Caminé entre el mar de personas hasta que vi a un hombre vestido de un traje muy elegante, un cuerpo esculpido por los dioses y un semblante serio, sin llegar a lo amargado, sino que a lo arrogante. Este me vio y decidí apartar la vista de inmediato. Llegué a la barra para dejar algunos bocadillos cuando escuché la risa de mi amiga.
—Él está guapo, ¿verdad?
—¿De qué me estás hablando?
Silvia puso los ojos en blancos.
—Del homenajeado de esta noche y que está guapísimo. Estuve escuchando que vivió muchos años en Europa y viene a hacerse cargo de la empresa de su padre.
Abrí mi boca, con ella formé una o. Tomé la bandeja cuando sentí una mano en mi hombre. Era el manager.
—Ve a dejar esa copa donde están los de allá —señaló donde estaba aquel dios griego—. No hagas quedarme en vergüenza, o estás despedida.
Moví mi cabeza mientras caminaba con las copas de champagne. En eso sentí de nuevo aquel olor, solo que estaba vez mi cuerpo se empezó a sentir extraño; mis piernas me temblaban y mi zona íntima estaba húmeda. «¿Estaré entrando en celo?». Negué con la cabeza porque era imposible. Los presentes tomaron sus respectivas copas mientras sentía la mirada del hombre observarme de arriba hacia abajo. Moví mis piernas, nerviosa, y sonreí para echar a correr hacia los baños. Me eché agua en la cara para refrescarme, pero aún sentía aquella incomodidad en mi cuerpo. En eso escuché cómo la puerta del baño se abría.
Era un hombre de algunos cincuenta años.
Sonreí apenada. No obstante, tomó mi mano y la presionó con fuerza. Se acercó a mí y olió mi cuello.
—¿Eres una omega? —Sonrió con morbo—. Tu olor a celo está muy delicioso.
—¡Suéltame! —chillé nerviosa.
—Descuida, mi amor, te haré sentir bien. —Besó mi cuello.
Entretanto, intentaba soltarme de su agarre.
Sentí una mano en mi cintura y una presencia fuerte en el ambiente, esto me hizo jadear.
—¡No toques a mi omega! —gruñó con su voz de alfa.
El sujeto salió del baño.
Me restregué en el cuerpo del recién llegado, quien solo sonrió y olió sin descaro alguno mi cuello.
—¿Cómo te llamas, omega?
—Hana —respondí en un susurro.
Sonrió y besó mi boca con una pasión desenfrenada. Tocó mi trasero sin vergüenza algunas y gemí en medio del beso. Me separé de sus labios.
Volvió a esbozar una sonrisa.
—¿Cuál es tu nombre? —inquirí en un hilo de voz a causa de la fiebre.
Mordió mi mejilla.
—Eso no importa hoy, solo déjate llevar por mí.
Y así empezó esta singular relación que nos uniría para toda la vida, pero este desastre tiene un comienzo.
La química perfectaKevin siempre pensó que nunca llegaría a sentir nada hacía a alguien. Para él su único mundo era los tubos de ensayo, los químicos que utilizaba para crear medicamentos y solamente eso. Nunca fue una persona enamoradiza, todo lo contrario, era una persona demasiado tímida. Fue por causa de su timidez que perdió grandes momentos con posibles conquistas. Él no tenía el carácter juguetón de Stefanie, tampoco la presencia excitante de Adrián, y menos la belleza casi angelical de su hermana menor Masha. Él simplemente era un beta común y corriente que no esperaba nada más de la vida. Al menos así pensó cuando conoció a la persona más interesante que la vida le pudo poner en su camino. Kevin no era fiestero, pero esa noche agradeció la fiesta porque había encontrado el ingrediente perfecto
I'm telling youI softly whisperTonight, tonightYou are my angelWherever you are, One Ok Rock.París, FranciaSeis meses después…Masha sonrió ante las cámaras después de mucho tiempo. Se sentía de nuevo en casa con las luces de los focos en su rostro mientras que hacía muecas y modelaba los nuevos diseños del mes. Todo en su vida fue un sube y baja; desde el fracaso de matrimonio que tuvo, hasta el reencuentro que volvió a tener con su viejo amor del pasado, pero por extraño que era el destino o quizá la vida, estaba de vuelta con la persona que sí amaba. Y luego de mucho tiempo volvió a sentir lo que era ser amada y volver a amar. Para Bryan viajar a otro país fue lo más caó
Mi persona favoritaTiene la cara bonitaTiene un ángel en su sonrisaDos meses después…Me observé al espejo por décima vez.Estaba nerviosa, tenía miedo de que la boda no fuera perfecta. Lo planeamos con tanto esmero que tenía miedo de que algo saliera mal y que todos recordaran mi boda como el fracaso del año.Stefanie había diseñado mi vestido, así que ella le estaba haciendo algunos retoques.La alfa segunda se miraba deslumbrante con su vestido color beige, al igual que Masha, que hizo el esfuerzo de dejar su trabajo y venir al día más importante de mi vida.Silvia sonrió y acomodó mi velo cuando entró el organizador para avisarnos que ya era el momento de la entrada. Tragué saliva y empecé a hiperventilar de nuevo. Realmente estaba asustada. Silvia me tom&o
Tres meses después…Ser padres primerizos era una de las mejores batallas del mundo.Una cosa era ser padre de un hijo, pero tener gemelos era algo fuera de este mundo. Ambos cachorros dormían todo el día para estar despiertos toda la noche hasta pasadas las dos de la mañana. El hermoso rostro de Adrián ahora tenía grandes ojeras y un poco de talco de bebé en la mejilla. A pesar de que ambos se cansaran de estar lidiando con los inquietos cachorros Lemietre Roys, la sonrisa de ellos valía toda la pena. Solo dos veces encontraron al pequeño Hector azul porque no podía respirar. Siempre que lo llevaba al hospital sentía una gran angustia.Aunque la cirugía fue un éxito, todavía Hector era muy pequeño para sanar, así que de vez en cuando tenía que estar bajo observación, pero eso solo fue en el primer mes. Luego de eso ya no tuvieron mas sorpresa.Adrián era feliz con sus dos pequeños cachorros.Los tres peleaban por la atención de Hana.Si Adrián se
Dos semanas después…Después del incidente en la casa de Joaquín, la noticia cayó como balde de agua fría para algunos empresarios al darse cuenta del suicidio del papá de ese hombre. Todo el mundo aún seguía anonadado por lo que sucedió, pero la muerte de esa familia quedó como una historia de terror. El hogar nadie la compró.Esa tarde había acompañado a Adrián a dejar un ramo de flores en la tumba en donde descansaba Analía; todavía se miraba la tristeza en sus ojos al ver el lugar. Sin embargo, sonrió y besó mi mano.Mi panza crecía cada día más. Mis cachorros se movían emocionados cuando sentían a su padre cerca. No me arrepentía de haber elegido a Adrián, es más, estaba agradecida en la forma en que lo conocí, pero lo que aún me tenía preocupada era
Adrián estaba pálido. Sus ojos se abrieron de par en par como cortinas en un día soleado, su respiración se volvió errática y su cuerpo estaba pesado. Sabía que Analía estaba muerta, él mismo la vio caer al suelo mientras se ahogaba en su propia sangre. Sin embargo, ahí estaba ella con el vestido del día de su boda y sus luceros tan radiantes como unas gemas. Sacudió su cabeza y se dio cuenta de lo que realmente estaba pasando. Ella no era Analía, era su omega Hana, la persona de la cual se enamoró de nuevo y que le había vuelto a abrir los orbes para darle de nuevo una oportunidad de amar, más ahora que ella que llevaba en su vientre a sus dos cachorros. Adrián observó cómo el cuerpo de Hana temblaba del miedo de lo que sea que podía hacer ese demente. Se acercó con paso suave hacia él, pero Joaquín movió su cabeza c
Último capítulo