Intentó conseguir acceso a sus labios de nuevo, pero Serena siguió riendo y volvió a empujarlo, curveando la cabeza para evitarlo. No tardaron en salir y Daniel estalló en carcajadas también, rodeándola de la cintura por algunos segundos.
Siguieron caminando y Serena se detuvo cuando detectó a un hombre sentado en medio del escenario, cantando y sosteniendo una guitarra en su mano, con toda la gente reuniéndose a su alrededor, sonrió, aplaudiendo unas cinco veces.
—Canta muy bonito, ¿verdad?
Volvió su alegre mirada hacia Daniel quien se había detenido también y tenía la mirada perdida, sin mover un solo músculo de su cuerpo, sus ojos no tardaron en encontrarse y exhaló, todavía sin recuperar el semblante
—Yo solía tocar la guitarra y cantar mucho.
Serena entreabrió sus labios con sorpresa y se acercó más a él.
—¿te gustaba cantar?
—Sí, cantaba mucho, todos los géneros.
—Canta algo, Danny, por favor, quiero oír.
—¿qué? ni loco, no lo hago desde hace mucho y así pudiera hacerlo, no lo v