—Casi me había dado un infarto. Pensé un montón de locuras, pero mejor no te las digo o me colgarás —echó un vistazo a su reloj y se arregló la chaqueta—. Es tarde, me quito, tengo que ir a comprar unas cosas y luego irme a entrenar en dos horas. ¿No vienes al partido? Vamos, Daniel, no seas así, tú sabes que es importante. Puedes traer a tu nuevo fanático si quieres, mientras más gente, mejor. Quién sabe y termina uniéndose al grupo de porristas.
Volvió a reírse y Daniel lo miró sin ninguna expresión, porque no le encontraba nada de gracioso a la situación ni a ninguna de sus palabras. Absolutamente nada.
—No, solo venía a comprar algo, ahora tengo que irme a casa. Iré para el próximo sin falta.
—Bien, así quedamos, si no cumples, te mato —se alistó, dándole un golpe en la espalda —Oye, luego me cuentas qué pasó con lo de Ethan
Le mostró una sonrisa poco sincera y regresó a seguir con su camino. Si hubiese insistido un poco más, hubiera terminado diciéndoselo. Al fin y al cabo, era N