—Es buena idea, pero no tenemos nada. Solo estaremos en una casa vacía.

—No será así, Danny —rió y los rasgos de preocupación de su rostro se relajaron un poco.

—Al menos, por ahora, tenemos que encontrar otro lugar.

Siguió revisando la negra billetera, pero no logró conseguir ni un solo billete más.

—Yo no conozco a muchas personas acá. Si llamamos a Rick..

—De ninguna manera, Rick es demasiado cargoso y no quiero que se meta más en esto... — Daniel regresó las tarjetas a los diversos bolsillos y una ligera luz apareció en sus oscuros ojos —Creo que lo tengo. Serena, no entiendo cómo no lo pensé antes.

Mencionó la dirección rápidamente y el vehículo tardó diez minutos en detenerse frente a una casa pequeña rodeada de un sinfín de árboles antiguos. Se acercaron a la puerta principal y Daniel golpeó la puerta durante dos minutos hasta que escuchó un grito cansado y esta se abrió.

—Hey, Mark —quitó las manos de sus bolsillos y rodeó a Serena con el brazo izquierdo, exhalando finalmente