—Nada, todos ya lo saben… es sobre Miranda —dijo Rick—. Me he dado cuenta de que, si sigo intentando tener sexo con ella después de darle tragos en las fiestas o cosas así, no va a funcionar. Así que he pensado en fingir que estoy enamorado de ella, tener una relación formal…
—Todos los presentes se quedaron boquiabiertos—. No me miren así, joder, ¡solo será hasta que acepte acostarse conmigo!
El grupo de amigos de Daniel era tal para cual; por eso se llevaban tan bien.
Las miradas atónitas se cruzaron mientras procesaban la inusual confesión de Rick. La sorpresa inicial dio paso a risas nerviosas y comentarios sarcásticos.
—Rick, eres un genio estratégico del amor, ¿no? —bromeó Daniel, intentando aligerar el ambiente.
Nick, conteniendo la risa a duras penas, agregó:
—Deberías escribir un libro sobre tus tácticas de conquista. Sería un bestseller.
Rick, orgulloso de su ocurrencia, continuó explicando su plan:
—Miren, sé que suena loco, pero Miranda siempre se hace la difícil. Creo que