Notó cómo el vaso de vidrio se despedazó contra la mesa, los tenedores cayeron al suelo y sus expresiones aterrorizadas salieron a florecer al verlo así: con la camisa desabotonada y sucia, el sudor cayendo por todo su cuerpo, sus poros expulsando alcohol por todas partes, el cabello desordenado y sucio y sus ojos rojos y vidriosos flameando intensamente de ira.
—No me voy a casar ahora ni nunca con ella, ¡me tienen hasta la mierda con esto! ¡Hasta la mierda, no tienen idea de cuánto me están jodiendo por dentro! Estoy enamorado hasta los huesos y no me imagino la vida sin la persona que amo —No se dio cuenta que aún poseía agua en el cuerpo hasta que unas gotas, que ni siquiera sabía que todavía tenía, salpicaron en el suelo y su voz se quebró por completo—. Pueden irse olvidando de su boda y de todos sus malditos arreglos. porque no me voy a casar y esta es mi última palabra
Y salió disparado hacia su dormitorio mientras su madre lo seguía a temblorosos pasos.
Daniel se metió rápida