Miró a Santiago apoyar el puño sobre el muslo, gesto que hacía cuando estaba molesto, para después mover la mano en el aire como para darle énfasis a algo que decía. Emilia reaccionó hablándole seria y él no tardó en contestarle para luego hacer ademán de irse. Ella lo detuvo jalándolo por el brazo y por la expresión de su rostro, a Christina no le costó deducir que le rogaba para que se quedara. Furiosa, apretó los dientes y se instó a permanecer calmada para poder seguir mirando la escena. Él continuó hablando, gesticuló con las manos, haciendo énfasis en algo que no consiguió dilucidar. Segundos después, Emilia, que permanecía enmudecida, rompió en llanto.
Santiago hizo un movimiento con la cabeza, luego se acercó y la consoló abrazándola, ante
la atenta mirada de Christina, a la que se le retorció el estómago. Anonada aún por lo que sucedía, lo vio asentir un par de veces, para después limpiarle las lágrimas de las mejillas con los dedos a su exnovia, como tantas veces había hech