Santiago se detuvo y arrugó la cara en una expresión de repugnancia.
-¿Cómo qué? -preguntó molesta, frunciendo el ceño.
Christina estaba segura de que le diría que como una puta o como una zorra, pero en cambio, le dijo algo mucho peor.
-Como Tilza.
Santiago se calló y negó con la cabeza... Una parte de sí, se creía con derecho a decir todo
aquello, mientras que la otra, sentía que debía aguantar todo lo que ella quisiese decirle, sufrir porque se lo merecía por el trauma que le había ocasionado en la adolescencia.
-Perdóname -agregó bajando la cabeza, al ver la expresión de estupefacción de Christina.
-Veo que estas muy decidido a hacerme sentir mal, la venganza te sienta -comentó irónica
abrazándose a sí misma, tenía mucho frío.
-Perdóname, coño... es que... no quise decir eso.
-No, al contrario, yo creo que sí querías decirlo. Está bien, lo que hice ese día no estuvo
bien, fue una manifestación inmadura de mi rabia por ti, pero nunca vuelvas a compararme con ella a menos que quiera