El lunes me desperté más temprano que de costumbre. Tenía muchas cosas que organizar desde la biblioteca de la universidad donde estaba trabajando. Me gustaba adelantarme a lo previsto para que todo saliera bien y luego tenía tiempo para estudiar. Cuando no era época de exámenes, no había mucho movimiento allí.
Tenía mi mochila y una bolsa llena de materiales que necesitaba para esa semana de clases. Puse todo en el coche, que todavía estaba en el garaje. Cuando cerré la puerta, me encontré cara a cara con Maurício, sobresaltándome.
- Mauricio... Me asustó. - No pude evitar decir.
Se apoyó contra la pared, con los brazos cruzados:
- Mucho material.
- Sí. Tengo clases prácticas esta semana. Voy a empezar los primeros dibujos. Estoy emocionado. Miré el reloj. Si tardaba demasiado, no podría seguir adelante con los planes para llegar temprano.
- Emocionado por tu curso de... Arquitectura, ¿es eso?
- Sí. – Me apoyé en la carrocería del coche.
Tenía curiosidad por saber qué quería allí, po