El viento acariciaba los ventanales de la casa como si susurrara secretos al oído de quienes se atrevieran a escuchar. Pamela se encontraba sentada frente al gran espejo del tocador, cepillando lentamente su cabello, aún sintiendo en la piel el eco de la noche anterior con Cristhian. Sus labios esbozaban una sonrisa leve, teñida de cierta paz, aunque en su pecho aún latía la inquietud latente que Abigail les había dejado con su distanciamiento. Nada en su mundo era completamente sereno.
Un mensaje vibró en su celular, corto y directo:
“Necesito hablar contigo. A solas. Lina.”
La primera reacción fue una mueca de desconfianza. No conocía a Lina Marceau tanto más que lo poco de investigación y las pocas veces que la había visto aparecer en las noticias o bien el día que se presentó a la gala, aunque su nombre había aparecido en los informes de Matías y en algunas referencias vagas hechas por Cristhian. Sabía que había tenido una historia con Ciro, y que de alguna manera, esa historia es