Después de preguntar, añadió un par de críticas: —Deberías buscar ayuda de la policía a tiempo, este tipo de comportamiento de peleas realmente es...

Ana tenía su mano tomada por Bianca. El humor de Ana, que ya no era muy bueno, con estas palabras de Mariana se hundió completamente. Levantó los párpados con impaciencia, sus pupilas despidiendo destellos de frialdad. Sin darle ninguna consideración por estar los Vargas presentes, dijo: —¿Qué, si alguien te golpea, tú solo te quedarías parada ahí como un saco de boxeo?

Mariana se quedó sin palabras, apretando los dientes: —Claramente te estaba mostrando preocupación, pero tú...?!

—Ana tiene razón, ¿cómo va a quedarse parada recibiendo golpes? —Los ojos de Bianca se llenaron de dolor y su mano inconscientemente tocó el moretón en la sien de Ana.

Ana, que no estaba acostumbrada al contacto físico con la gente, instintivamente retrocedió un paso. Bianca entonces reaccionó, dándose cuenta de que había cruzado una línea. Primero se disculpó y