Cuando Ana vio esta tendencia en redes sociales, ya era de noche.
Originalmente planeaba no navegar en internet hoy y dormir directamente, pero Lucía le hizo una llamada y lo primero que dijo fue:
—Ana, ¿te reconciliaste con ese desgraciado de Mateo?
Ana respondió:
—¿Estás sonámbula?
Aunque el mundo se acabara, jamás se reconciliaría con Mateo.
Lucía estaba hablando puras tonterías.
Lucía dijo:
—Estoy bien despierta, espera, te voy a mandar una foto, mírala tú misma y dime si eres tú.
Ana puso el altavoz, salió de la llamada, fue al chat de WhatsApp con Lucía y abrió la imagen.
Era claramente esa foto de Mateo secándole las lágrimas a Isabella.
A primera vista, Ana casi pensó que era ella.
Pero al reaccionar y mirar más de cerca, definitivamente no era ella.
Ana dijo:
—Esa no soy yo.
Lucía hizo un extraño "eh":
—¿De verdad no eres tú? ¿No tendrás alguna hermana gemela? Se parece mucho a ti.
Mientras escuchaba a Lucía hablar, Ana siguió mirando la foto repetidamente.
Pronto supo quién e