Stella tragó. Pudo sentir cómo su respiración cambió tornándose entrecortada. Un leve temblor que no tenía que ver con miedo, le recorrió desde el cuello hasta la punta de los pies.
—¿Qué... Qué has dicho? —preguntó con voz temblorosa, soltando su mano de las de él y arrastrándose hacia atrás en el sofá.
—Yo… ya sabía una parte de lo que te había pasado —repitió Cyrus.
Stella frunció el ceño. Se incorporó un poco más, alejándose apenas unos centímetros, lo suficiente para verlo mejor.
—¿Cómo que… ya sabías? —preguntó confusa. Había incredulidad en su voz, pero también algo que él reconoció como dolor anticipado.
Cyrus bajó la mirada un instante, reuniendo palabras.
—Después de lo que pasó con Shane… noté cómo cambiaste. Cómo estabas asustada, cómo evitabas a la gente, cómo temblabas cuando alguien levantaba la voz o se te acercaba mucho. No sabía qué hacer, y quería ayudarte, entenderte, protegerte… —respiró hondo—. Así que mandé a un investigador privado a obtener informac