"En Saturno vive aquello que nunca tuvimos". Winter Howland es correctora de textos y es sumamente entregada a su trabajo. Cuando la empresa en la que trabaja es contratada para escribir un libro biográfico sobre Devan Reed, un magnate egocéntrico y seductor, la vida de ambos se unirá de una forma que jamás imaginaron. Sin embargo, lo que no les dijeron los libros de amor es que para enamorarse de una persona no se necesita estar junto a ella, y que amar de verdad no significa estar juntos para toda la vida.
Leer másWinterCrucé las piernas y me senté recta en cuanto el señor Reed consiguió una mesa para ambos. Había comenzado a fijarme en la clase de cosas que le gustaban lucir, a esto me refería con los carísimos trajes que vestía, relojes de las mejores marcas, corbatas de diferentes diseños que le ayudaban a lucir un poco más elegante, el cabello bien peinado y una sonrisa de lado. Por mi parte, siempre optaba por usar trajes de oficina, de distintos colores, tacones altos y bolsos de trabajo que me resultaran cómodos para llevar las cosas que solía usar y maquillaje ligero que no me hiciera parecer mucho mayor de lo que era naturalmente.—Bueno, señorita Howland, en primer lugar, quisiera aprovechar para decirle que me parece que su nombre es muy especial —soltó sin previo aviso, logrando sonrojarme de inmediato, pero, me reincorporé y tragué saliva rápidamente.—Gracias, señor Reed. Mis padres eligieron ese nombre para mí porque nací durante el invierno, exactamente el 17 de febrero —ni siq
Winter—Entonces, para mi punto de vista, el hombre de negocios con el que debo trabajar y estar pegada a él durante los próximos cuatro meses es un egocéntrico y un odioso —escupí mientras mi hermana Amy peinaba mi cabello en su habitación.—Winter, si tienes que trabajar a su lado tanto tiempo como dices será mucho mejor que dejes de hablar más de él y te concentres en todo lo que debes hacer mañana —asentí mientras rodaba los ojos. Ella planchaba mi cabello, aunque este ya fuese bastante lacio por naturaleza, pero, de igual manera, tenía un par de rizos en las puntas—Simplemente no le hagas caso, y concéntrate en hacer tu trabajo de la mejor manera, como siempre has acostumbrado a hacer. Eres muy buena en lo que haces y no le permitas a ese señor Reed que te haga dudar sobre eso. Y eres guapa, en eso sí tiene la razón ese hombre.—No fue para nada profesional ese comentario que hizo acerca que era todo un gusto conocer a una señorita tan guapa como yo..
WinterRodé los ojos, recostada en mi cama, al escuchar cómo mi hermana menor empezaba a escuchar música alta en el equipo de sonido en su habitación. Odiaba cuando ella lo hacía, pues cantaba horrible y me causaba un tremendo dolor de oído además que siempre escuchaba música pop, y aunque yo también la amaba, a veces me hacía dudar al respecto.—¡Quinn, maldición! ¿Podrías cerrar la boca? —Salí de mi dormitorio, en dirección hacia el suyo. Al abrir la puerta, la encontré bailando como una loca encima de la cama— ¿Qué haces? Por el amor de Dios...¡Estás loca mujer, completamente loca!—Estoy bailando, hermanita —no dejaba de moverse al ritmo de aquella música ochentera que tanto le gustaba escuchar. Quinn era mi hermanita menor, pues ella tenía diecisiete y yo había cumplido veinticuatro hace unos meses. Además de ella, tenía otros dos hermanos: Amy de veinte y Edmond de veintiocho.—Quinn, son más de las once. Necesito dormir, porque mañana vamos a asistir a una empresa muy important