Antón se llevó la mano a la cabeza instintivamente mientras Sofi esperaba su reacción desde el otro lado de la línea.
— ¿Antón? ¿Estás ahí? ¡Dime algo por favor! ¿Qué podemos hacer para ayudar?
— Nada Sofi… — Dijo con desgano y una terrible jaqueca que comenzaba a ganar terreno — ¡Espera! Si hay algo, por ahora mantengan esto en secreto, el jefe no debe enterarse, no es bueno para su recuperación.
— ¡Pero va a enojarse mucho cuando sepa que se lo hemos ocultado!
— Sí, pero cuando lo haga, ya podrá pasar una buena rabieta, ahora no debería, eso puede afectarle, estar muy reciente su cirugía.
— Es verdad, tienes razón, entonces hablaré con el resto del personal de la casa, pero debes filtrar la información con los hombres de seguridad, ya sabes cómo son de quisquillosos.
— ¿Crees que alguien sea tan imprudente como para abrir la boca?
— No lo creo, todo pasa por el filtro de Livia, pero en su ausencia pasa por mí, así que…
— Entiendo, ¿Ella lo sabe?
— No lo creo, me da la impresión de q