Azzura
Me detengo frente del portón y apoyo el pie izquierdo en el suelo, estabilizando la motocicleta.
No necesité el GPS para llegar a la villa en Siderno.
El clan Corvi lideró el camino.
En realidad, no entiendo cómo no me maté en el trayecto…
Los ojos aterrados del cocinero los tengo clavados en la retina.
Su ruego me condena.
El Biondo Diaviolo atrapó mis lágrimas…
Ser descubierta por él no se sintió tan mal.
Pero… para tomar el trono se requiere dureza.
Cero piedad.
Me endurecí. Fingí delante de todos que la frialdad corría por mis venas.
¿Si funcionó?
No lo sé…
La noche me ayudó a verme implacable.
Mis amigos siguieron el juego.
Para reclamar mi puesto era primordial quitar una vida.
Dejé a un niño sin su abuelo…
Y me duele…
Sé lo que es perder a alguien.
Mi padre.
Me detesto por ser la culpable de esa herida.
Estoy segura de que ese pequeño nunca me olvidará.
«Blocca le emozioni, Azzu».
Tenemos que cerrar con broche de oro esta noche.
Los soldados del Don apuntan con sus armas