Capítulo 63. El mejor regalo de bodas
Olivia, al escuchar aquellas palabras de Luciana, se asustó mucho, e instintivamente, colocó ambas manos sobre su vientre, como si quisiera proteger a su hijo aún no nacido, pues aquello no era otra cosa que una amenaza directa sobre su hijo. Y eso, ahora, no se lo podía permitir.
Ya que ese bebé que llevaba dentro se había convertido en su minita de oro, y no entendía cómo Luciana había logrado girar las cosas tan rápido. ¿Acaso no era Luciana quien debía sentirse acorralada? ¿Cómo fue que terminó siendo ella la que se sentía atrapada y vulnerable ante sus palabras?
Sin embargo, intentó convencerse de que Luciana jamás sería capaz de hacerle daño a su hijo. Tal vez solo estaba tratando de asustarla o burlarse de ella.
Con esto en mente, respondió:
—Sé muy bien que tú serías incapaz de hacerle daño a mi bebé. Además, si algo llegara a pasarle, todos en esta familia te odiarían por lo que me hiciste.
Y, al decir estas palabras, no pudo evitar sentirse triunfante. Pero su felicidad dur