Capítulo 127. Prueba de ADN
Óscar se quedó callado por un momento y luego dijo:
—Sin embargo, seis años después de que regresé, ella ya estaba casada y tenía un hijo con su esposo. Y eso no era lo peor, lo más doloroso era verla tan feliz junto a ellos.
En ese instante me invadieron la decepción y la ira, porque mientras yo estudiaba y trabajaba duro, ella ya había construido una vida con otro hombre.
Después de ver esto, trabajé aún más con una sola idea: hacerme rico, y que, al verme a su mismo nivel, ella quisiera volver conmigo.
Pero cuando eso por fin sucedió, ya tenía otro hijo y cuando me acerqué a recordarle nuestra promesa, lo único que me dijo fue que esas eran promesas de niños.
Ni siquiera lo recordaba. Sentí tanta rabia que pensé que la cabeza me iba a estallar, junto con las ganas de acabar con ella y con toda su familia feliz, en ese momento me entraron unas ganas de matarlos a todos. Pero me contuve, me calmé, y solo le pregunté si amaba a su marido de la misma manera en que una vez me juró que m