Al día siguiente Mario se fue en su coche en vez de la limusina como hacia casi todos los días, llevó primero a nuestro hijo a su guardería y el después se fue a su empresa a trabajar, me quede en la casa como casi siempre, aburrida y sin saber que hacer, pero estando en el salón sentada en el sofá pensé en ir a la empresa de Mario y así vigilar un poco a la zorra de su asistente, al mismo tiempo pedirle a mi esposo ir a almorzar con el. No me lo pensé más, me fui del salón al dormitorio, cogi un vestido algo sexy del vestidor, me pinte un poco, cogi mi bolso marchando hacia la entrada de la casa, viendo al chofer en la cocina sentado en una silla.
—- Señora ¿quiere que la lleve a algún lugar? —- me pregunto
—- Si por favor, me gustaría ir a la empresa de mi esposo — le respondí.
Nos marchamos los dos hacia el garaje donde estaba aparcada la limusina, Cuando llegamos al edificio donde estaba la empresa de Mario, el chofer bajó del vehículo acercándose a mi puerta, me abrió la puerta p