Bale bajaba por las escaleras mientras que su madre seguía discutiendo con Ian.
-Señora Bale, deje que vaya a avisarle y...- decía el chófer intentando calmar a la mujer
-Ian ya estoy activo- anunció el moreno llegando ante ambos.
Su madre le asió del rostro y le plantó dos besos en las mejillas
-¿Es que estás enfermo?- se interesó mirándole detenidamente
-No- sonrió él.
Ian desapareció de allí.
-Pues no resulta muy normal que tú duermas hasta tan tarde - la mujer lo estudiaba de arriba abajo.
-¿Qué estás haciendo aquí, mamá?- inquirió él mientras se dirigía hacia la cocina.
La mujer le siguió.
Tomando asiento en un taburete, apoyó los codos en la barra, unió las manos y descansó la barbilla sobre ambas
-¿Es que no puede una madre ver a su hijo más a menudo?- repuso.
Mirándola de manera suspicaz, Dominic dejó escapar una risita
-Preferiría que llamaras antes de presentarte por sorpresa- al