“Cuando el cielo se parta, sabrás que el Edén fue una mentira.”
El campo de batalla estaba teñido de sangre y caos. Los Nevri más viejos, exhaustos pero implacables, acababan con los vampiros creados por la comunidad de los Trece. Sus movimientos, aunque más lentos y pesados, conservaban una precisión mortal. Sin embargo, cada golpe y cada mordida dejaban entrever su desgaste, como si el peso de la guerra les arrancara años de vida.
Los Nevri más jóvenes retrocedían, buscando refugio tras Sanathiel, quien se erguía como su última línea de defensa. Su pelaje blanco, manchado de sangre, no opacaba la fuerza y liderazgo que aún emanaban de él.
La escena se tornó aún más