DÍAS ANTES.

Mi corazón seguía retumbando con violencia tras la brutal demostración de poder que Alfa Zayden acababa de hacerme. La aparición repentina de una habilidad, fue suficiente para arrancarme el aliento y desestabilizar mi mundo. Había partido en compañía del perro de su Beta, me dejó una sensación amarga de impotencia, ¿cómo se suponía que alguien pudiera vencer eso?

Todavía podía oler su esencia dominante en el aire, como una sombra que se negaba a disiparse.

No había terminado de recuperar el pulso cuando percibí algo más. Otra presencia. Un cosquilleo eléctrico recorrió mi piel y sentí cómo la magia flotaba en el ambiente, reptando alrededor de mis sentidos como un veneno dulce. Alguien se aproximaba, con paso controlado y una intención que no pude descifrar de inmediato.

Me tensé, cada fibra de mi cuerpo lista para resistir. El peor escenario pasó por mi mente: un brujo fiel a Zayden, enviado para desmantelar mis recuerdos o —peor aún— para implantar otros. No sería la pr