24. ACTUAR BIEN
—¿Qué siente ella por mí? —pregunto apenas recupero el control de mi cuerpo.
Mi pregunta no interrumpe su transformación y segundos después estamos desnudos los dos, uno al lado del otro. Es su cuerpo, sí, pero no sus gestos. No se siente como Lyra. Aunque es casi habitual interactuar por periodos cortos con lobos en forma humana, no creí que se sentiría tan extraño al ser el cuerpo de mi Mate el que observara.
—Esa no es la pregunta importante.
No entiendo lo que quiso decir, pero tampoco me da espacio para decir algo más, pues su mirada cambia y Lyra queda nuevamente al frente. No solo me lo indicó el color de sus ojos, sino su reacción inmediata a nuestra desnudez. Su mirada me recorrió de inmediato para luego pasar al otro extremo de la habitación.
Un rostro rojo, un pulso acelerado y su aroma, innegablemente mío, me golpearon con la fuerza de un recuerdo no vivido. Vi su firme intención de levantarse para escapar de mí y eso me impulsó a detenerla. Ni siquiera lo pensé. Fue un ac