Le comento al abuelo todo lo que sucedió, así como el hecho de que esta mujer tuvo la osadía de cachetear a su propio nieto frente a todo su exequipo y cuando termino de contarle, veo con tal satisfacción que el abuelo está rojo de la ira. Era de esperarse que me defienda; después de todo, yo soy su sangre.
—Si serás imbécil —explota—. ¿Cómo pudiste decirle eso? Con justa razón te dio una cachetada; si yo hubiese sido ella, no te hubiera dado no una, sino unas cuantas más. Ahora mismo vas y la buscas para pedirle perdón, no sé qué tengas que hacer, pero quiero que me la traigas de regreso a la empresa y si no lo logras, vete olvidando de seguir en tu puesto de CEO —me amenaza, levantando el puño al aire.
Me quedo helado al escucharlo decir todas estas cosas, después de todo la sigue defendiendo y me pide que me humille al pedirle perdón. El abuelo se ha vuelto loco, no haré nada de eso.
—¡No lo haré! —le aclaro con el ceño fruncido.
—¿Cómo se te pudo ocurrir ofender a una mujer diciénd