La sangre que manchaba su cara había sido limpiada. La tensión que demostró por la noche, se esfumó - ¿a qué te refieres? - preguntó simplemente.
-a cuando te ofendí en el restaurante - sus dedos se apretaron - dije algo que te molesto.
Ethan no vaciló, manteniendo la vista fija en sus ojos - no sé de qué hablas.
Teo inhaló - Bien, si no quieres ser sincero está bien - Bajó las manos y las limpió en su pantalón - supongo que mi comentario fue imprudente. De cualquier manera, me disculpo.
El silencio inundó el lugar; mientras Ethan se concentraba en sus ojos como si fuera la única cosa que juzgar en la habitación. De pronto, Ethan abri&oac
Teo se sentó - no quiero que le pase algo por mi culpa. Sólo quiso agradecer el favor dándome las llaves.-Estaré alerta - Ethan se levantó.De inmediato, Teo se paró también - ¿ya te vas?.-Sí, debes dormir - salió del espacio de la silla para luego meterla bajo la mesa - también, recuerda comer bien. Has perdido mucho peso desde que te conocí.Teo apretó los labios, avergonzado - ¿por dónde saldrás?. Alguien puede verte desde el balcón por el muro del fondo.Ethan fue a la puerta - tendré cuidado - abrió y salió al pórtico
El aire estaba quieto, dejando las hojas en paz. El libro se quedó varado durante el día, en una página desconocida. Llevaba mucho tiempo soportando frío, viento y sol. Lo olvidó ahí la noche que hizo huelga para lograr asistir a clases. Como lo terminó de leer, no se preocupó en recogerlo. En ese momento, se convirtió en parte del paisaje.-¿Has decidido trabajar de día? - rompió el silencio.-Sí. Por la noche no hay mucho que hacer; así que no habrá problema si no estoy - su perfil era firme. Sentado con las piernas dobladas y la espalda recta; mientras mantenía las manos en las rodillas como si estuviera meditando.-¿te irás rápido? - Teo imitó su forma de poner las piernas - Qu
Salió, los portones estaban firmemente cerrados. Desde la distancia se notaba el brillo de la cerradura al ser tocada por un rayo de sol. Ya no tenía las marcas viejas de antes. Ni las finas líneas de oxido. Había sido suplantada por una nueva. Cruzó al sendero que dirigía a su habitación. Entró a su cuarto y se sentó a la mesa; de esa manera pasó todo su tiempo libre.Los días pasaron y como había prometido, Ethan lo visitó cada noche. Cuando oscureció, se levantó de la mesa. Salió al pórtico y se sentó en medio. Había colocado una alfombra para ser más cómoda su estadía. Una sombra negra cruzó la oscuridad. Cayó frente al muro, antes de levantarse erguido. Caminó a la habitación; mientras Teo mostraba una sonrisa amplia - has mejorado en
Al despertar, la luz entraba por el fino material de la puerta. Tenía puesta la misma ropa; sin embargo, estaba descalzo. La sábana le cubría hasta el cuello y un ligero cosquilleo se dispersaba en su frente. Subió la mano para tocarse el lugar. Confuso, en el fondo presentía que esa sensación era algo que olvidó entre el sueño.Se levantó, se bañó y fue a desayunar. Todo el tiempo se quedó perdido en sus pensamientos; de tal manera que se quedó con los cubiertos en la mano cuando ya se había acabado los alimentos. Mirando el plato, como si esperaba que la comida apareciera por arte de magia. Una voz susurraba, siendo parte de su sueño, hasta que…-Teodoro - la voz gruesa y fuerte de su padre lo sacó de sus pensamientos.
Seguido, Javier se paró con él - con mucho gusto - mantuvo la sonrisa sin dudar un segundo.Su padre se acercó; pero Teo se negó a soltar el brazo. Entonces, tuvo que subir acompañando al doctor. Después de que ellos pasaran, los siguió con su madre - has subido de peso - comentó de pronto.Teo la miró, avergonzado - no lo creo, estoy igual.Los grandes ojos dorados lo miraban desde abajo, enmarcados por largas pestañas. Se sujetó más fuerte - tienes el brazo más grande, además has estado comiendo mucho últimamente.Su padre, quien caminaba adelante, giró ligeramente la cara - se nota en la cara, está más redonda ahora - El doctor volteó
-Hasta mañana - respondió, su voz desapareció con ella en la esquina de la habitación.El viento movía los papeles en su mano. Al regresar la vista al suelo, las hojas apiladas estaban a punto de salir volando. El bolígrafo se movió, pendiendo de una esquina. Se apresuró a poner la mano encima y componer el lapicero. Luego, se sentó. Las hojas revueltas se habían desordenado; así que se tomó un tiempo para arreglarlas. De pronto, un sonido se escuchó desde la orilla contraria. Alerta, levantó la vista.Tras la pared del baño, Ethan se acercaba con zancadas largas - me has sorprendido - sonrió, dejando de caminar con cautela llegó más rápido.-¿por qué estabas ahí? - l
La noche se profundizó y Ethan tuvo que marcharse. Teo se acurrucó en la cama, sacando sólo la cabeza. Apretando entre sus manos la orilla de la manta. Al final no dio una respuesta. Su lengua se había trabado. Como si tuviera un candado que no le permitía pasar de la primera palabra. Después de varios intentos, Ethan no pudo aguantar la risa y lo dejó pasar.-Relájate, no respondas de inmediato - le dijo.El resto del tiempo se mantuvo en silencio; debido a que cualquier cosa que quisiera decir se quedaba en su lengua. La vergüenza lo inundaba con sólo pensar en la cara de Ethan. Buscó tranquilidad para su corazón; sin embargo, lo único que consiguió fue quedar más alterado. Sus ojos estaban bien abiertos. El sueño huyó por el retumbar de su pecho. Sus
-Soy yo - confirmó. Miró a los lados antes de hablar más recio - es una emergencia, necesito tu ayuda - aún no estaba seguro si podía haber alguien siguiéndole, esperando para atacar.Al escucharlo, los ojos de Edgar se terminaron de abrir - Espera - desapareció de pronto. Temeroso, Teo se acercó; en tanto se mantenía alerta del entorno. Un momento después, la puerta se abrió - pasa, ¿qué pasó? - preguntó al mismo tiempo. Estaba medio vestido y sin zapatos.-Mi padre desapareció - se introdujo en la sala - necesito tu ayuda. ¿Tú sabes la dirección de Marcelo?.La boca de Edgar colgó antes de decir - No lo sé - parecía que aún no había despertado bien - p