Natalie cayó dormida a un lado de Malakai, quien la miraba con una mezcla de asombro y miedo. La incredulidad de lo que acababa de suceder lo dejó sin aliento. Ellos se habían enlazado, de una manera que Malakai nunca había experimentado antes. No solo eso, sino que había escuchado los pensamientos de Natalie, sentido su frustración y duda ante lo que estaba haciendo. La conexión había sido tan intensa que Malakai no se pudo contener y termino marcando a la joven, dejo que su lobo saliera a la luz, o al menos sus colmillos, por un segundo lo libero adrede, y este como el animal que era la había marcado como su luna, suya, y de nadie más.
Pero junto con la maravilla y la emoción de al fin estar unidos, surgió la angustia. Malakai no había preguntado a Magnus si él había marcado a su luna, y ahora se preguntaba cuáles serían las consecuencias para Natalie, una humana. ¿Le afectaría a su hijo? ¿Qué consecuencias había para Natalie? El miedo se mezclaba con la esperanza, creando una torme