La noche que inauguro el restaurante “el vaquero” marco un precedente en el pueblo, un antes y un después, en un lugar donde todos se conocen, donde el enemigo de uno es el de todos, no era buena la división de pensamientos, porque estaban acostumbrados a apoyarse en todo y por eso seguían conservando un lugar seguro para sus pobladores, incluso se llevaban bien con los nativo americano del lugar, la discriminación no existía, y ante un problema, siempre buscaban como solucionarlo, ahora sin embargo, algo había cambiado, la generación más joven discutía con sus padres, en especial con sus madres, repitiendo las palabras que Natalie había dicho aquella noche, “Ella no tenía porque pagar las culpas de su madre”, entonces ¿de qué se la acusaba a la castaña?
— Ella es una zorra encubierta, si lo digo es porque lo sé, ha puesto el rancho de cabeza. — dijo una tarde Nilda, en uno de los mercados del pueblo, mientras compraba la despensa del mes.
— Si es así, ¿Por qué Magnus no la expulsa? —