Natalie retrocedió con el miedo y el pánico bailando en sus ojos y su cuerpo vibró ante el terror, aún estaba mareada, sentía su cabeza doler como si le hubieran dado con un martillo, aun así ingresó nuevamente en la cabaña, escuchando el llamado de Malakai tras de ella y sus pasos mientras fuera un conjunto de aullidos y quejidos por poco y la aturdía, era la manada al completo que al fin había llegado y demostraba no solo su preocupación por Magnus, sino por lo que sucedía con su luna, ¿acaso la manada Red Moon estaba condenada hacer despreciados? todos y cada uno de ellos habían sido despreciados por su madre al nacer, humanas que se habían enlazado a lobos, y que al descubrir su procedencia, su origen y lo que eran, les habían pedido a sus compañeros no volver a transformarse, claro que ellos cumplirían con lo solicitado, porque estaban entrelazados y se debían a su compañeras, pero sus cachorros no, aunque el amor hacia la madre era único e irreemplazable no era un lazo destinado