Unavi tuvo que sentarse ante tamaña revelación. Lu les dio privacidad y fue a su estudio. Se le acababa de ocurrir una idea buenísima para su próxima novela.
—¿Cómo que te casaste? Sin mí, sin tu hermana y única familia en el mundo. ¿Qué locura es ésta, Pedro?
—Así es el amor, hermana. Viene tan repentinamente como un huracán y no hay manera de ponerle freno. Hay que dejarse arrasar y ya, sin resistencias.
Unavi se aferró la cabeza, incrédula, al borde de una crisis nerviosa.
—¡¿Y tenías que casarte con ella?! ¡Es una puta ladrona! Y no la estoy insultando porque eso es. ¡Te robaste la lámpara de mi casa!
—La recibí en parte de pago —Lily se quitó el abrigo y su exuberante anatomía, escasamente cubierta, quedó a la vista.
Los descomunales pechos que tenía en cualquier momento harían reventar al pequeño top. Y la falda no le tapaba nada. Llevaba bragas en tono nude. Unavi esperaba que fueran las bragas y no otra cosa. Mejor apartó la vista, pero sin quererlo, los ojos se le fueron d