No moriré.
—¿Me tienes miedo, Sol? —me pregunta con esa voz tan gruesa que me hiela la sangre.
¿Miedo?... Estoy aterrada.
Está herido, los ojos le arden con una rabia tan intensa que siento que podrían matarme. Las sábanas están manchadas de sangre.
—¿Tú... tú asesinaste a Clara, Dante? —pregunto con un hilo de voz, balbuceando. Su mandíbula se tensa, el ceño se le frunce con brutalidad.
—Te dije que mataría a quien sea por ti. ¿Dudaste alguna vez de eso? Lo hice. Y también herí a mi hermano. Les clavé la misma navaja... a los dos. Después de todo, merecían el mismo filo —hace una pausa, su voz se suaviza peligrosamente—. Nadie va a separarme de ti, Sol—
Me alejo un poco, y noto cómo sus ojos se apagan apenas.
—Lo hice por ti. Para que nadie más te haga llorar. Solo yo... ya sabes —palmea el colchón,—. Aquí, en esta cama, bajo mis penetraciones—
No está bien. Puedo sentirlo. Está al borde de perder la razón.
—¿Tienes miedo de mí?—repite.
No sé qué decir. Hoy está más extraño que de costumbre. Ta