Han pasado unos días desde aquella noche en que la policía intentó saber de Nikky y poner a Nicoletta en contra de Ian. Unos días desde que volvimos a Rusia y como siempre que estamos allá, Ian está más tranquilo. Menos animal y más hombre. No sé que tiene la catedral que saca su lado más salvaje y se pone especialmente dominante, reclamando a todos su dominio sobre mi y eso a veces, me supera.
Tenerlo en Rusia es otra cosa. Me lleva a todos lados como la esposa ideal, me besa en público sin hacer de eso una demostración de poder sobre mi y me sostiene de la mano con cariño, sin que su intención sea tirar de mi muñeca o tomarme de la nuca en plan dueño de mi para que todos los vean, como siempre hace cuando estamos en presencia de los socios de la catedral y luego de todo eso, es el amante ardiente que nunca nadie podría igualar...aunque eso lo mantiene en todos los lados a donde me lleva. Para tomarme Ian no tiene rutas, ni horarios ni geografía favorita.
Hay dos mundos de distancia