Mundo ficciónIniciar sesiónEl marqués de Northfolk avanzaba en su carruaje por las amplias avenidas de Mayfair, con una mezcla de ansiedad y entusiasmo contenida tras su porte elegante. Hacía semanas que no veía a la señorita Virginia y, aunque el motivo declarado de su visita era el conde Derby, en el fondo de su corazón sabía que su verdadera razón para estar allí era ella.
El vehículo se detuvo frente a la residencia Derby. El mayordomo, que ya lo conocía bien, lo recibió con una reverencia.
— Buenos días, mi lord. Un placer volver a verlo.
— Gracias, Thomas —respondió Arturo con cortesía—. ¿S







