Capítulo 65 — Regresos y Nuevos Horizontes
Después de varios días de celebración había llegado el momento de despedirse.
Virginia se levantó temprano, como siempre, y se acercó a la ventana. A lo lejos, podía ver el camino que bordeaba los jardines y se perdía hacia el bosque. En ese sendero, había paseado incontables veces con Clara, Amanda y Charlotte. Aquellos días parecían ahora parte de un recuerdo que se desvanecía demasiado pronto.
Amanda entró sin hacer ruido, llevando una bandeja con el desayuno.
— Buenos días, señorita —dijo con una sonrisa amable—. El conde ha pedido que esté lista antes del mediodía.
— Gracias, Amanda. —Virginia tomó una taza de té y suspiró—. Me cuesta creer que ya debemos partir.
— Así es la vida, señorita. Siempre llevándonos de un sitio a otro.
Virginia sonrió.
— Sí, pero este lugar… —miró hacia el paisaje— tiene algo especial.
La primera en marcharse había sido Charlotte Peyton. Al día siguiente de la boda, su carruaje había partido temprano hacia Lo