Capítulo 17 — La velada musical
La tarde había caído sobre la casa de campo del conde, y en los pasillos se respiraba un aire distinto, de expectativa. El personal corría de un lado a otro, ultimando detalles, puliendo candelabros, disponiendo flores secas y ramas de invierno en jarrones altos, cuidando que todo se viera digno de un anfitrión de su posición. El conde Edward Herbert había decidido, después de muchos años de luto y silencio, abrir nuevamente las puertas de su salón para recibir invitados. No se trataba de una fiesta grandiosa ni de un baile de temporada, sino de una sencilla velada musical, pensada para que Virginia comenzara a acostumbrarse al roce social.
Virginia, que había pasado la tarde repasando algunas piezas de violín en la biblioteca, estaba nerviosa. La idea de presentarse frente a desconocidos, en un contexto tan distinto al de su vida pasada, la inquietaba. Amanda la había ayudado a vestirse con un vestido de muselina color crema, adornado apenas con un laz