**Capítulo 136** Sin piedad alguna.
En el momento en que Liora vio a Ethan con su imponente presencia, acercarse a los límites del territorio de la manada, se dejó caer de rodillas, sintiendo el peso del arrepentimiento y el miedo aplastarla.
Desde su posición en el suelo, con su mirada temblorosa captó los cambios en él.
Percibió que Ethan ya no era el líder que había dejado atrás. Había algo oscuro, primitivo y feroz en sus ojos, un aura helada que le erizaba la piel.
Un escalofrío la recorrió, y el pánico se instaló en su pecho como una niebla helada.
—Eres muy valiente o muy estúpida, Liora. ¿Qué haces aquí? —. La voz de Ethan era baja, ronca, y cargada de un peligro que parecía morder.
Liora apretó los puños con fuerza, tratando de calmar los retortijones en su estómago.
Sintiendo que el aire helado se arremolinaba a su alrededor, intensificando el peso de su error. Aunque aún tenía su loba, la conexión con Ethan se sentía lejana, como un eco que se había desvanecido.
«El vínculo mágico de súbdito y